EUROPA
PRESS
30 noviembre
2016
No saltarse nunca la dieta, ni en celebraciones ni aunque se haya
ya perdido de peso, tener cambios de ánimo y aislarse socialmente son algunos
de los principales signos que alertan sobre la presencia de un trastorno
alimenticio, tal y como ha informado a Europa Press
la psicóloga Irene Alonso Vaquerizo.
"Son
trastornos psicológicos que afectan a diferentes áreas de la vida de una
persona y que tienen que ver con un malestar interno y con la manera en la que
una persona intenta regular dicho malestar", ha explicado la experta con
motivo de la celebración del Día Internacional de la lucha contra los
trastornos alimenticios.
De
hecho, las personas que los padecen suelen sufrir problemas psicológicos como,
por ejemplo, ansiedad, depresión, adicciones o, en algunas ocasiones,
trastornos de personalidad. El perfil del afectado suele ser mujer, muy
exigente consigo misma, con una fuerte autocrítica y con dificultades para
manejar sus emociones.
"Cuando
empiezan a tener un trastorno alimentario se suelen aislar de la familia y de
los amigos, por ello es importante que su entorno atienda a estos signos, al
igual que si abandona sus responsabilidades o pierde la alegría", ha
enfatizado la experta y autora del libro 'Ana y Mia
no quieren ser princesas. La cara oculta de los Trastornos Alimentarios'.
¿Cómo afrontar un trastorno alimentario?
En el
caso en el que haya sospecha, Alonso Vaquerizo ha subrayado la necesidad de que
los familiares pidan ayuda a información sobre cómo afrontar la situación;
restablezcan la comunicación con el afectado, expresándole una "sana"
preocupación por su estado; le ayuden a iniciar un tratamiento; y, en el caso
en el que no se solucione, hablar con profesionales médicos y asociaciones para
que el paciente acepte cuanto antes su trastorno alimenticio e inicie la
terapia.
En el
tratamiento médico de los trastornos alimentarios suelen estar implicados el
psiquiatra, que es el encargado de realizar la valoración general a nivel
orgánico y mental y el que, en los casos necesarios, prescribe fármacos o
ingreso hospitalario; el endocrino-nutricionista, que realiza las pruebas
analíticas para conocer el estado nutricional del paciente y establecer las
pautas alimenticias conforme a los síntomas; y el psicólogo, responsable de
ayudar a la persona a tomar conciencia de la enfermedad y a adherirse a los
tratamientos.
Ahora
bien, la psicóloga ha advertido de que los familiares también necesitan ayuda
para saber cómo manejar la nueva situación e, incluso, encauzar su propio
malestar, puesto que es habitual que estén "angustiados y tengan
sentimientos de culpa".
Respecto
a la posibilidad de prevenir la aparición de los trastornos alimenticios, la
doctora ha aconsejado a las familias promover las cinco comidas diarias, con
una alimentación variada y equilibrada, intentar que la mayor parte de las
comidas se realicen en familia, fomentar la práctica de ejercicio físico sin
estar obsesionado por la competición y ayudar a interpretar la información de
los medios de comunicación.